jueves, 11 de febrero de 2010

Vergonzantes

POCOS deben de ser los ricos que intentan ocultar sus privilegios y no conozco a ninguno que se avergüence de ello. No puede decirse lo mismo de los pobres, pero tienen en contra que es difícil disimularlo, aunque de todo hay, como por ejemplo los indigentes vergonzantes. No siempre está claro dónde acaban o empiezan las penurias para establecer una barrera entre la miseria y la opulencia, y cada cual sabe lo suyo, incluida la nobleza venida a menos: duques, marqueses y otros estratos aristocráticos que no tienen para pipas y quieren aparentar lo que no tienen para que su imagen no desacredite su cuna señorial, casi siempre heredada; hacen lo que sea con tal de no dar la impresión de haberse quedado tiesos. En su ayuda acude ahora una marquesa, no sé si devaluada pero conocedora de tan menesterosa situación, auspiciando una fundación para nobles que se niegan pedir socorro y para ancianos solitarios venidos a menos, cuyo orgullo también les condiciona a la hora de superar la decadencia.

(El Progreso, 12/2/10)

No hay comentarios:

Publicar un comentario