sábado, 31 de julio de 2010
Miserable artimaña
SIGUIENDO el día a día, a veces no queda otra que pellizcarse. ¿Está uno soñando o viviendo la increíble realidad? Ya centrados, lo segundo: los guardias civiles de tráfico se les evaluará (o evalúa ya) según el número de multas. Lo que se negó otras veces, no se desmiente hora, lo cual indica que va en serio. Se les rebaja el sueldo, como a cualquier funcionario, surge la actitud de ‘bolis caídos’, disminuye la recaudación un setenta por ciento y para enmendar la deriva se opta por premiar a los agentes que pongan más multas, dos puntos por cada denuncia de seguridad vial y cuatro si afecta al transporte. Lo demás casi no merece la pena. Intervenir en un accidente, sólo dos, y auxilio en carretera, uno. Seguro que tendrá éxito, pues engorda los exiguos salarios a fin de mes. Y Rubalcaba sigue diciendo, sin sonrojo, que no existe ningún afán recaudatorio. ¿Cómo es posible que el Ministerio del Interior utilice tan miserables artimañas para certificar sus despropósitos? ¡En qué manos estamos, señor!
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