lunes, 2 de agosto de 2010
Emociones en el Camino de Santiago
A NADIE se le oculta que las emociones son subjetivas en el ser humano. Uno puede conmoverse por una insignificante reacción que a otro, menos sensible, le pasa totalmente desapercibida, pues depende del momento, de lo que cada cual sienta y otros condicionantes que no vienen al caso. Incluso dormir al cielo raso contemplando la Vía Láctea puede ser una emoción para un peregrino a Santiago, pero si ha de hacerlo porque fue incapaz de encontrar un techo, más que emoción o aventura interesante, como la calificó el señor conselleiro de Cultura, es una putada. Y más si lo dijo para justificar la escasez de espacio en los albergues que gestiona, tratando así de acallar las protestas de quienes hubieron de renunciar a descansar bajo cubierto por la insuficiencia de plazas. Tanto las emociones como las experiencias y aventuras nunca han de ser impuestas sino vividas por quienes así lo decidan. Incluso puede entenderse que la Xunta no puede complacer a todos, pero eso es otra cosa.
Hola Manuel, cada cual hace su propio camino, tiene sus motivaciones y sentimientos únicos. Yo hice parte hace un par de años. Y las vivencias son indescriptibles y subjetivas.
ResponderEliminarUn abrazo veraniego