lunes, 7 de diciembre de 2015

Las colillas de Carmena, más que una ocurrencia es una pestífera guarrada



Para unos es simplemente incompetencia, para otros una ocurrencia más de la alcaldesa de Madrid, sumada a que estudiantes barran las calles o que los padres limpien los colegios de sus hijos, y para los más, una pestífera guarrada proponer que los niños recojan colillas en la vía pública, lo que, sobre todo por estética, nos retrotrae a las miserias de los tiempos más duros del franquismo. Las restricciones del tabaco movía a algunos fumadores a matar la adición recuperando los residuos del pitillo que dilapidaban otros consumidores, y en muchos casos se recurría a niños para que fuesen ellos los que encargados de recogerlos en calles y bares. Claro, era por necesidad. Porque la pretensión de Manuela Carmena tiene otros fines (demagógicos) bien diferentes, que se prestan tanto al choteo como al cabreo, según como se tome; en cualquier caso, si todas estas chorradas son el cambio prometido y demandado, apárquese la renovación, habiendo como hay necesidades mucho más urgentes y consistentes que resolver, sin recurrir al cachondeo. Si lo que quiere la señora Carmena es no aburrir, casi lo consigue, pero hay divertimentos que cuestan mucho menos el erario.