EN POLÍTICA, qué voy a contarles, casi todo es sospechoso. Cuando se produce una destitución o un nombramiento, por regla general hay otros intereses que no son los que incumben al ciudadano, sino que se trata de maniobras internas de los partidos para ajustar los suyos propios. Si se produce ahora el relevo de la responsable del CIS, donde se cuecen o amañan las encuestas, todo indica que la decisión arranca de la ventaja que en los últimos tiempos se otorgó al PP en uno de los sondeos. Y como se acercan tiempos muy determinantes, nada mejor que hacerlo a la medida. Ahora toca a los socialistas, pero lo mismo habría sucedido, casi con toda seguridad, si fuese el PP, porque el CIS es un instrumento en manos del que ostenta el poder, como lo es la Fiscalía General del Estado u otras instituciones que dependen de nombramientos gubernamentales. Si nadie es capaz de remediarlo, para ejercer tales paripés, mejor que el CIS desaparezca y no se nos tome el pelo con molestas hipocresías.
Al descubierto el agujero en las cuentas de la reforma de pensiones, la más
importante del Gobierno de coalición
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El informe de la Comisión Europea desautoriza las cifras oficiales y se une
al amplio coro de instituciones que ya alertaron sobre su inconsistencia
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Hace 1 hora
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