Isaac Asimov, el divertido
divulgador, recoge en su entretenido ‘Libro de los sucesos’ una curiosa
costumbre multisecular que cuando lo escribió (ignoro si ahora) estaba en vigor
en la localidad inglesa de High Wycombe (Buckinghamshire), y que cobra cierto
sentido en un momento que tanto se observa el comportamiento de los políticos.
Se denomina ‘ceremonia del peso’ y consiste en eso, pesar a principios de mayo
al alcalde y alcaldesa, al suplente del alcalde y a la esposa del suplente, al
secretario de la corporación y a su consorte y a los concejales de distrito que
representan a los diferentes barrios de la ciudad, todo ello para averiguar si
han engordado a expensas del erario público. La ceremonia había sido revocada
por los puritanos en el siglo XVII, pero fue restaurada en el XIX. La máquina
de pesar consta de un asiento de satín rojo suspendido de una carátula graduada
situada encima de él, con un resorte como resistencia. No explica Asimov qué
ocurre si el artilugio detecta sobrepeso en los examinados.
LAS TARDES DEL TITANIC
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Por Eduardo García Aguilar
Con frecuencia en tiempos de canículas veraniegas como ésta he llevado a
algunos amigos amantes de la literatura y las artes ...
Hace 1 hora
1 comentario:
Interesante
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