Quizá no consideremos
lo suficiente, por su gravedad, el que, por ejemplo, unos cincuenta mil vehículos circulen
por las carreteras de Lugo en deficiente estado. Se contabilizan los controlados,
pero habrá que sumar los que no se someten al chequeo de la ITV. Con
independencia de la desidia de sus propietarios, o la imposibilidad de afrontar
el coste de la revisión, es la respuesta de un parque móvil cada día más envejecido,
camino del desguace. El mercado de coches usados se impone a ritmo gradual al
de los nuevos y eso se paga. Si añadimos que las vías están cada vez más
deterioradas, dentro de poco solo quedarán corredoiras y acabaremos rescatando
los carros de vacas ya en desuso, cuyas llantas de hierro son las que mejor
resisten los baches. Muy peligroso parece que se descuide la conservación del
asfalto, porque reponer el firme costará cinco veces más que un bacheo a
tiempo, según calculan los entendidos. Y si no se invierte en la reparación
puntual, ni soñemos con que van a reconstruirse los pavimentos.
LAS TARDES DEL TITANIC
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Por Eduardo García Aguilar
Con frecuencia en tiempos de canículas veraniegas como ésta he llevado a
algunos amigos amantes de la literatura y las artes ...
Hace 1 hora
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