Mal de muchos, consuelo de tontos. Es un viejo refrán que cobra actualidad. Aumenta el paro, se dispara la inflación (artificialmente contenida), sube el petróleo o caen chuzos de punta. No hay que preocuparse, porque como todo está globalizado (a mí no me mire), nadie es culpable y, lo que es peor, el remedio ya se aplicará, si se aplica, en comandita. Ya no existen antídotos puntuales a adoptar en cada lugar y en cada momento. Como la culpa es de todos, lo normal es que no sea de nadie. Las soluciones, si vienen…vienen, y si no, allá los otros. Basta con mirar para otro lado. Y en caso de querer afinar un poco, para eso está (estaba) Bush. Una bicoca, pues, para los gobernantes, que sólo desglobalizan su gestión cuando toca repartir éxitos. Por lo tanto, lo mejor es dejar de preocuparse, porque si hemos de apretar el cinturón (o morirnos de hambre), no pasa nada. Será un consuelo rodar con otros muchos por el precipicio. La globalización, en esto, es muy solidaria.
(El Progreso, 11-01-09)
Darwin
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*Ignacio Ruiz Quintano*
*Abc Cultural*
La perra de lo social no decae en España, que, como todo el mundo sabe,
está constituida en un Estado social y...
Hace 1 hora
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