Despilfarro en informes y estudios para demostrar lo evidente

No hace falta ningún estudio para proclamar que estamos hasta el moño de que se sufraguen con dinero público informes con doble intención, que confirmen, por ejemplo, el color del caballo blanco de Santiago, si la cebolla irrita los ojos o, ahora, cuáles fueron los horrores de la represión franquista en la provincia de Lugo; en este caso ya consta que fue repulsiva para quienes la sufrieron y poco se puede hacer para minimizar o reparar el daño como no sea deplorarlo por enésima vez. ¿Aporta alguna luz (provechosa) el informe al respecto que patrocina la Diputación lucense, a través de su vicepresidencia, que justifique el chorreo de 30.000 euros? ¿No estarían mejor invertidos en socorrer algunas necesidades (hambrunas) cercanas y del momento? No vale como excusa si nos dicen que una cosa no tiene que ver con la otra; sí lo tiene. Además, casi nunca es diáfana la finalidad para algo tan difuso y confuso, y es obligado que lo sea por si se pretende enmascarar, pues el caso es que, so pretexto, casi siempre alguien se lucra.  Y si los que avalan estos inventos lo ven ineludible, páguenlo ellos. O quienes los respaldan. No estamos para más despilfarros.