Entre los palos de
ciego dispensados para imponer recortes, y miren que van unos cuantos, ninguno
apunta, con rigor, hacia la restricción de privilegios, salariales o de
cualquier tipo, a los políticos. Se habla tímidamente de que es necesario
reducir su número, pero no pasa de ser una reflexión que se irá diluyendo, y es
lo primero que habría que abordar, por ética y estética. Alguien se preocupó de
contarlos y, con datos del pasado año, resulta que España tiene un censo de
445.568, el doble del país europeo que le sigue en abundancia y que no podía
ser otro que Italia. Son 300.000 más que en Alemania, con la mitad de la
población, y eso que los germanos están más descentralizados, con seis niveles
administrativos, por cuatro aquí: Estado, comunidad autónoma, provincia y
municipio. Por comparar, disponemos de 165.967 médicos, 154.000 policías y
19.854 bomberos con salarios entre 1.400 y 2.200 euros, cuando los diputados,
por ejemplo, se embolsan al mes más de 6.400 (netos), tributando como
mileuristas. Y sin contar retratos a 190.000, como el encargado por Pepe Blanco para Álvarez Cascos.
Hace 12 minutos
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