En vez de que Bono amplíe el plazo en otros dos meses y darle reviravueltas a qué escoger, entre más rojos o más fachas, para renovar los cargos que corresponde en el Tribunal Constitucional, ¿no sería preferible tomárselo en serio y modificar el sistema de designación? Dijo uno de los padres de la Constitución que cuando redactaron el artículo 159 no sospecharon (¿se puede ser más ingenuo?) que los políticos iban a politizarlo a su antojo para utilizarlo según mejor convenga. Si la nominación está en manos del Congreso, del Senado, del Gobierno y del CGPJ, también politizado, ¿qué otra cosa puede esperar? Compóngase primero un órgano judicial independiente, en el que primen méritos de carrera o de antigüedad, y déjese la elección del Alto Tribunal en manos de profesionales de la judicatura, que tendrán su ideología personal, pero no estarán abocados y sometidos a la dependencia de los políticos. Es de lo que se trata. Es, lo sé, una utopía, pero va siendo hora de demostrar la madurez de nuestro sistema democrático.
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Hace 1 hora
1 comentario:
Rotundamente sí. Si en otros países es posible la independencia del poder judicial, ¿por qué aquí no?
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