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Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

sábado, 14 de enero de 2012

Consejos para invertir sin morir en el empeño

Una pregunta que no tiene una única ni sencilla contestación, en un año que los expertos prevén muy complicado desde un punto de vista económico. El primer consejo que podemos dar al pequeño ahorrador es que deje de pensar que el director de banco es un asesor; cobra por comercializar los productos de la entidad, muchas veces en base a campañas puntuales.

www.invertia.com


(Información proporcionada por iahorro)
Por muy buen profesional que sea, no es independiente y su sueldo no depende de la calidad de su asesoramiento. Por tanto, es muy importante que el ahorrador se forme e informe adecuadamente y acuda a profesionales de la inversión si es necesario.
Este año 2012 puede dar verdaderas alegrías al inversor avezado, pero la alta volatilidad puede arruinara más de uno si se equivoca arriesgando su dinero. A rio revuelto, ganancia de pescadores, si se sabe dónde y cómo pescar.
Antes de elegir los productos financieros en que depositar nuestros recursos, debemos analizarnos a nosotros mismos; dependiendo de nuestra situación, cultura y sentimientos, hay productos que se adaptan a nosotros y otros que no. A la hora de tomar decisiones de inversión hay que considerar:
1.- Nuestra cultura financiera y conocimiento previo del producto financiero que estamos evaluando. Como dicen los grandes inversores, no invierta nunca en un producto que no entienda. No olvidemos jamás esta máxima y nuestros ahorros correrán menos peligro.
2.- Nuestra forma de ser, sentimientos y aversión al riesgo; muchas veces olvidamos lo más importante a la hora de invertir, nuestra forma de ver el mundo y los riesgos inherentes a éste. La premisa básica a tener siempre en cuenta es que no hay rentabilidad sin riesgo. Si queremos ganar por encima de la inflación (que es un impuesto oculto que año a año mina nuestros ahorros), tendremos que arriesgar. Dependiendo de nuestra tolerancia a las pérdidas, necesidades de liquidez y capacidad de asumir la incertidumbre, hay vehículos de inversión que nos convienen y otros no. A fin de cuentas, no sólo debemos pensar en ganar dinero, sino también en estar lo más tranquilos posibles. También nuestra edad influye, ya que si estamos cerca de la jubilación, por poner un ejemplo, no deberíamos arriesgar demasiado, por muy adictos al riesgo que seamos.
3.- Nuestro nivel de ingresos mensuales y ahorros disponibles. Por muy arriesgados que seamos, por ejemplo, no tiene sentido invertir en Bolsa si no tenemos suficiente dinero para asumir perder la inversión. Los ingresos mensuales, por otra parte, determinan nuestra fiscalidad personal, que determina nuestra elección para optimizar la factura del IRPF.
Cuando hemos calibrado exhaustivamente nuestra situación, llega el momento de analizar los productos financieros e invertir en los que mejor se adaptan a ella.
La deuda pública española es actualmente muy atractiva, si tenemos en cuenta la relación riesgo/rentabilidad. Es posible perder dinero comprando letras o bonos del Tesoro, pero estaríamos hablando de una situación de hecatombe nacional muy poco probable. La Constitución garantiza que el Estado responderá de sus deudas de forma prioritaria y avalando el 100% a los inversores. Más seguridad es imposible para un producto financiero español. En cuanto a la rentabilidad, la última subasta pagó un 4,05% por colocar las letras a 12 meses, un 4,226% en las letras a 18 meses y un 5,187% para los bonos a 3 años. Lo que sí hay que tener muy claro es la liquidez del producto: si necesitamos el dinero antes del vencimiento tendremos que vender en el mercado secundario, asumiendo pérdidas si cotizara por debajo de su nominal.
Los depósitos bancarios son sin duda otra forma de ahorro muy interesante para el cliente que busca seguridad para su dinero y no acepta asumir pérdidas. El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) asegura 100.000 euros por persona y entidad financiera, en caso de que el banco o caja fuera liquidado. A pesar de las restricciones existentes aún conocidas por “Ley Salgado”, hay depósitos que superan el 4%, incluso a corto plazo. El problema es que para acceder a las mejores ofertas tendríamos que depositar al menos 25.000 euros, o incluso 50.000 en algunos casos. Nos atrevemos a augurar un 2012 próspero para este tipo de productos, fáciles de contratar, conocidos por los ahorradores y con una relación seguridad/rentabilidad muy interesante para los mejores del mercado.
Pagarés o bonos bancarios; las entidades financieras, para sortear el sobrecoste en aportaciones adicionales al FGD que les supone la normativa Salgado, han emitido una serie de productos financieros similares a los depósitos tradicionales. Lo que tenemos que tener muy claro es que su riesgo es superior, al no estar garantizados por el FGD, sólo por la solvencia de la propia entidad financiera que los emite. Por tanto, a mayor riesgo, más rentabilidad hay que exigirles. Si no superan a los depósitos, no tiene sentido ni plantearse la inversión. Ni que decir tiene que no tenemos que fiarnos de consejos bancarios del estilo “es un producto muy similar a los depósitos” y argumentos de venta similares. Leamos siempre con atención la letra pequeña.
Cuando los tipos de interés reales son negativos (tipo de interés nominal menos inflación), como de hecho está ocurriendo actualmente, el precio del oro históricamente sube. Cuando esta situación cambia, tenemos periodos en que la inversión en orose mantiene plana (sin rentabilidad). Y hay momentos en que su precio cae, como el de cualquier otro tipo de activo. Los expertos no se ponen de acuerdo en cómo evolucionará el precio en el 2012, desde los que anuncian un cercano estallido de la burbuja a los que ven aún un largo recorrido al alza. Si los gobiernos financian sus déficits imprimiendo moneda, ésta perderá valor y los inversores seguirán refugiándose en activos refugio como el oro.
Para el modesto ahorrador, más que comprar físicamente oro lo interesante, si estima que el oro seguirá subiendo le conviene invertir parte de su capital en fondos de inversión que compran acciones de empresas mineras o bien en ETF (fondos cotizados) que replican el precio del oro.
La renta fija corporativa (endeudamiento de empresas privadas) es otra manera de conseguir rentabilidades por encima de los productos clásicos sin asumir un riesgo muy grande. Dado el elevado importe nominal de este tipo de emisiones, es posible optar a este tipo de activos de forma indirecta, comprando participaciones en fondos de inversión, cuya inversión es mucho más reducida.
Más arriesgado y más rentable cuando se acierta es la Bolsa; la española tiene empresas cotizando a precios realmente bajos, con lo que podría ser un buen momento de entrar en su capital social. El problema, que hay que analizar con precisión los balances de las cotizadas y evaluar sus perspectivas de beneficios futuros, y estos análisis no están al alcance de todos. Las empresas con menos deuda y más capacidad de generar caja, que reparten importantes dividendos, serían la primera elección. Telefónica u OHL son algunas acciones que reparten dividendos interesantes, entre otras. En lo que sí hay bastante consenso es en el peligro de invertir en acciones de entidades financieras, en el año que acabamos de empezar.
La inversión en ladrillo ya es un tema más complicado y que no está al alcance del ahorrador medio. Sin embargo, no es descabellado plantearse la compra de inmuebles de precio reducido y fácil rentabilización vía alquiler, como aparcamientos en zonas urbanas de alta densidad de tráfico y escaso espacio para aparcar en las calles. Evidentemente todo dependerá de que el precio de compra sea bajo y de acertar con el momento; cuándo dejara de bajar el precio de los inmuebles es algo muy difícil de acertar. Finales de 2012 podría ser el pistoletazo de salida, pero todo dependerá del momento en que la banca decida desprenderse de los pisos de sus balances con los descuentos que exige el mercado y, además, de que tenga liquidez para financiar adecuadamente los activos inmobiliarios que salen al mercado.
Hemos hecho un repaso a los principales vehículos de inversión del ahorrador medio; hay mucho más, algunos tan interesantes o arriesgados como los que ya hemos comentado. Lo importante para no perder el dinero ni los nervios es conocer nuestro perfil inversor, asesorarnos debidamente de fuentes independientes, diversificar y no invertir jamás en algo que no comprendemos perfectamente.
El 2012 es un gran año para el inversor experimentado, pero no para hacer experimentos. Suerte e inspiración para este largo año que nos espera a todos.

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