Un placer, amigos

Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

lunes, 8 de marzo de 2010

HISTORIAS XACOBEAS: Milagro de O Cebreiro


O Cebreiro, en la provincia de Lugo, es uno de los principales enclaves del Camino de Santiago, dentro de su ruta francesa, que es la principal. La fundación del poblado data de antes de la llegada de los romanos, aunque es a partir del comienzo de las peregrinaciones cuando adquiere el auge que aún conserva. Aquí empieza Galicia.


La iglesia de Santa María es una importante joya del arte prerrománico que data del siglo IX. Fue fundada por los monjes benedictinos, aunque más tarder Alfonso VI la puso en manos de los monjes franceses de la abadía de San Giraldo de Aurillac. Posteriormente los Reyes Católicos la anexionan a San Benito el Real de Valladolid, los cuales la abandonan tras la desamortización de Mendizábal en 1853. A su lado está el que fue hospital de San Giraldo de Aurillac, que desde 1966 es hospedería. Se conservan varias pallozas prerromanas, de origen celta; algunas de ellas estuvieron habitadas hasta bien entrado el siglo XX y ahora una está dedicada a museo etnográfico.

Pero O Cebreiro es conocido también por su milagro. En torno al año 1300, en un día que la nieve borraba los caminos, un vecino de un pueblo inmediato, Barxamaior, labriego, sintió el deseo de oír misa y, sin reparar en el tiempo que hacía y el difícil camino, se dirigió al monasterio del Cebreiro; el frío no le contiene, la tormenta de nieve desencadenada le da fuerzas. Por fin llega al templo, cansado y empapado, sin apenas aliento. Un monje de Aurillac menosprecia el sacrificio del campesino, se mofa del esfuerzo realizado y le dice que una misa no merece tanto. La falta de fe del monje se estrella ante la firmeza en la fe del campesino.

Comienza la misa y el oficiante no ha olvidado el incidente. En el momento de la consagración percibe asombrado cómo la hostia se convierte en carne sensible a la vista, y el vino que contiene el cáliz, en sangre… que rebosa el cáliz y tiñe los corporales. El monje no sabe qué decir; murmura arrepentido: “Señor mío y Dios mío…” Los cuatro o cinco testigos que están en el templo han contemplado el prodigio, que se difundió de pueblo en pueblo de Galicia, y de nación en nación por toda Europa. Los romeros que iban a Compostela desviaban un momento su camino para ir a O Cebreiro y saber del milagro. Siglos después, O Cebreiro y su milagro influirían en la ópera Parsifal de Wagner.

En el año 1486 llegaron a O Cebreiro, peregrinos a Compostela, los Reyes Católicos, hospedándose en el monasterio. Querían saber del prodigio. Los monjes les mostraron los corporales con la sangre que había quedado en el cáliz y la hostia en la patena. Como recuerdo de la visita donaron el relicario donde se ha guardado el milagro hasta nuestros días. El cáliz de O Cebreiro, por cierto, uno de los Santo Grial esparcidos por el mundo, es el mismo que figura en el escudo de Galicia.

En bulas pontificias de los papas Inocencio VIII y Alejandro VI se hace extensa mención de este milagro. El monasterio y el hospital de peregrinos fue creado en el año 836. En 1072, Alfonso VI puso al frente del monasterio a los monjes franceses de Aurillac, unidos al Cluny. Uno de ellos sería el protagonista de este relato.

1 comentario:

Noelia A dijo...

Oh, yo tenía conocimiento de ese milagro, pero no sabía de dónde provenía, quiero decir el sitio donde ocurriría, ni tampoco los pormenores del caso.

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