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Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

martes, 28 de junio de 2011

Anécdotas literarias: Pío Baroja, un escritor con 'mucha miga'


Del foro de Libros en Red recopilo algunas anécdotas literarias de las que fueron protagonistas conocidos escritores.

Si son auténticas o no, o si ocurrieron tal como se transmiten (en el mismo escenario, entre las mismas personas, con las mismas palabras) no lo sabremos –probablemente– nunca.

Lo cierto es que, míticas o no, las anécdotas literarias (las anécdotas con escritores) son interesantes de leer y a veces, incluso, arrojan una que otra verdad o reflexión memorable. Veamos algunas de las que circulan:

Escribir para saber
Le preguntaron al escritor estadounidense Saul Bellow cómo se sentía después de ganar, en 1976, el Premio Nobel de Literatura. “No lo sé –respondió–. Aún no escribí sobre eso”.

El vicio todo lo puede…
En 1942, durante el sitio de los nazis a Leningrado, el brillante teórico de la literatura Mijail Bajtin –fumador empedernido, tomado por el vicio– usó todas las páginas de un manuscrito para enrollar el tabaco y armar cigarrillos. ¿La obra perdida para siempre? Un libro sobre novelas de aprendizaje, que luego nunca reescribió.

Hombres de pocas palabras
Al parecer, la de Víctor Hugo a su editor. Víctor Hugo, de vacaciones, estaba ansioso por saber la suerte que estaba corriendo la publicación de Los miserables, así que escribió a su editor esta sugestiva mivisa: "?". El editor le respondió: "!" y de este modo participaron del intercambio epistolar más breve de la historia.

Entredicho transatlántico
Los padres de Pío Baroja tenían una panadería y no les sobraba dinero. Sabiendo esto, Rubén Darío, malicioso, se definió así su obra: "Es un escritor con mucha miga, se nota que es panadero". La respuesta, en el mismo tono, de Baroja no se hizo esperar: "Rubén Darío es un escritor de buena pluma: se nota que es indio".

Ironías borgeanas por tres
Borges firma ejemplares en una librería del centro porteño. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: "Maestro, usted es inmortal". Borges le contesta: "Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista".

Lo invitan a Borges a un gran congreso internacional de psicoanalistas y psiquiatras en los Estados Unidos, a fines de la década del 60. Es el único escritor en el encuentro y le preguntan: “Maestro, ¿cómo se siente al ser el único escritor entre tantos psicoanalistas?”. Borges mira cómplice a María Kodama y se pone a reír: “En realidad estoy entre mis pares, ¿no es acaso el psicoanálisis una rama de la literatura fantástica?”.

Mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje. Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar. El estudiante insiste: "Tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna: "No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio". El estudiante amenaza con cortar la luz. "He tomado la precaución", retruca Borges, "de ser ciego esperando este momento".

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