Trias y Gallardón, alcaldes de Barcelona y Madrid |
Más de la mitad de los alcaldes españoles ejerce su trabajo por amor al arte, pero los alcaldes de las diez ciudades más pobladas se reparten un millón de euros en sueldo anual, sin contar los complementos que perciben como gastos de representación o dietas. Los mejor pagados son el de Barcelona, Xavier Trias (109.939 euros brutos anuales), y el de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (101.987), que cobran de las arcas municipales 30.000 euros más que el presidente del Gobierno (78.185), aunque no son los únicos.
La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) recomienda a los ayuntamientos que, “desde el respeto a la autonomía local”, acuerden el salario de sus miembros según criterios objetivos tales como la población, el presupuesto o la situación financiera municipal, con “austeridad y prudencia en su política de gastos”, y utilizando “criterios comparativos con el régimen retributivo de cargos públicos de otras instituciones”. Los datos demuestran que no hacen caso.
Que los propios ayuntamientos sean los encargados de fijar el sueldo de sus máximos representantes hace que se den paradojas como que Alfredo Pérez Rubalcaba cobre por ser vicepresidente del Gobierno (73.486 euros) lo mismo que el alcalde de Castellón, Alberto Fabra (73.688) y mucho menos que los representantes de las tres alcaldías vascas: 96.399 euros el de Bilbao; 83.302 euros el de San Sebastián, y en torno a 80.000 el de Vitoria.
Salvo excepciones, los sueldos de los regidores del top ten español superan a los de los ministros (68.981 euros). La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, gana 90.106 euros al año por dirigir el tercer consistorio con más habitantes de España; el recién nombrado Juan Ignacio Zoido cobrará 107.027 euros en Sevilla; Juan Alberto Belloch se embolsa 91.812 euros por la alcaldía de Zaragoza, y Francisco de la Torre 71.886 euros en Málaga, la misma cuantía que su homólogo de Murcia. Mateu Isern, el recién elegido alcalde de Palma de Mallorca, la octava ciudad del ranking, tiene una nómina de 61.326 euros, siete mil euros menos al año que Juan José Cardona, alcalde de las Palmas de Gran Canaria.
Y no son solo los alcaldes; también otros cargos municipales de menor rango cobran más que los miembros del Gobierno. En el ayuntamiento de Barcelona, el salario de los miembros del consistorio oscila entre los 98.192 euros y los 75.316 euros, aunque hay cargos, como los 21 gerentes municipales, cuyas retribuciones se mueven en una horquilla de entre 148.210 y los 76.898 euros, y las de los 125 directores de servicio y asimilados entre 89.663 y 52.601 euros. En el caso de Madrid, los salarios varían entre los 91.788 que ingresan los concejales de área, a los 62.013 euros de un concejal con dedicación absoluta.
Todos ellos se bajaron el sueldo hace un año para seguir el ejemplo del Gobierno, que aprobó una serie de medidas urgentes para reducir el déficit público entre las que figuraba una rebaja del 15% en la nómina de todos sus miembros. Un acuerdo posterior de la Comisión Ejecutiva de la (FEMP) recomendaba el mismo recorte salarial para los cargos municipales que cobraran como el Ejecutivo, y de un 10% para las nóminas similares de las de un secretario de Estado.
Poca transparencia
“Las remuneraciones de los cargos electos serán publicadas para conocimiento de la ciudadanía”. El entrecomillado es parte del Código de Buen Gobierno Local que la FEMP aprobó en diciembre de 2009 para “hacer realidad una nueva forma de gobernar, desde la cercanía a los ciudadanos”, pero a la vista del sondeo realizado por este diario en los principales ayuntamientos la transparencia brilla por su ausencia. No todas las páginas web tienen colgados los emolumentos de los miembros del consistorio para conocimiento de sus vecinos y el resto los tiene tan escondidos que resulta muy difícil dar con ellos sin ayuda.
Hay curiosidades como la del ayuntamiento de Teruel, la capital de provincia menos poblada (35.241 habitantes), donde solo el alcalde, Manuel Blasco, tiene dedicación exclusiva, según un portavoz municipal y, además, no cobra nómina porque es incompatible con la que percibe como senador. La FEMP “recomienda” en su Código de Buen Gobierno “la dedicación exclusiva de los alcaldes y alcaldesas de los municipios de más de dos mil habitantes”, y es obvio que ostentando un cargo de representatividad en la Cámara Alta no puede hablarse de dedicación exclusiva como alcalde.
De vuelta a la FEMP, cuando hace un año aprobó el Código de Buen Gobierno Local creó un "Observatorio de evaluación de calidad democrática", según su propia definición, para valorar la aplicación del mismo. Hasta la fecha no ha emitido ni un solo informe.
1 comentario:
La misma mierda en todas partes. Aunque se lo redujeran a la mitad todavía sería demasiado. Saludos
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