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Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

sábado, 21 de julio de 2012

La maleta mexicana de Robert Capa




Mañana cierra sus puertas el Festival de PHotoEspaña 2012, pero muchas de las exposiciones seguirán hasta los próximos meses. Es el caso de la muestra que nos ocupa, que además era una de las más esperadas, y fue inaugurada ayer para quedararse con nosotros hasta el 30 de septiembre. Se trata de La maleta mexicana y en ella se pueden conocer muy de cerca la obra de los tres fotógrafos que sentaron las bases del fotoperiodismo moderno, Gerda Taro, Chim y Robert Capa. (Información difundida por Xatakafoto)


Era uno de los platos fuertes del Festival y esperábamos su llegada a Madrid, tras su paso por Barcelona y Bilbao, desde que nos enteramos formaría parte de las expociones de PHotoEspaña en esta edición cuando estuvimos en la presentación del libro editado por La Fábrica.
Lo más curioso es poder ver los carnets de prensa de Capa y de Chim, así como numerosos ejemplares de periódicos tanto nacionales como extranjeros que hablaban de la Guerra Civil Española y por supuesto las cajas con los negativos donde se ve la minuciosidad con la que fueron catalogados.
Caja negativos maleta mexicana
Una de las maletas donde aparecieron los negativos
 
Asímismo se ilustran, tanto gracias a hojas de contactos como a copias fotográficas, los episodios de la Guerra, con imágenes del frente de Aragón, la batalla del Río Segre, la batalla de Brunete registrada por Gerda Taro antes de morir, así como unos retratos desconocidos de Hemingway, Alberti, “La Pasionaria” y Federico García Lorca entre las caras más conocidas.
Es una exposición imprescindible a nivel histórico, por lo que supone este tipo de material no sólo para el conocimiento de uno de nuestros episodios de la historia más importantes, sino porque fotográficamente nos da pie a conocer el trabajo de tres fotógrafos que cambiaron la manera de registrar los conflictos bélicos, todo ello gracias a la investigación llevada a cabo por el International Center of Photography de Nueva York.

En los dos volúmenes nos encontramos, por un lado, una parte teórica donde tienen cabida ensayos escritos por especialistas de estos tres fotógrafos, historia de la Guerra Civil española así como de la fotografía que se realizaba en los años 30. Por otro lado, en el segundo volumen, se muestran los negativos y hojas de contacto presentados cronológicamente. Como nos contaba Gervasio Sánchez, en estas páginas, tenemos la oportunidad de descubrir a la fotógrafa Gerda Taro, cuya imágen (quizás) sobrevalorada acaba difunimándose al presenciar un trabajo que de no haber muerto prematuramente en Brunete, seguramente su carrera habría seguido hasta convertirse en una de las grandes fotógrafas del siglo XX.
Entre el material visual, nos encontramos un acercamiento no sólo a la guerra, sus cambatientes y la población civil que sufrió el conflicto, todo ello desde una posición de entregada valentía y compasión por las víctimas por parte de los tres autores, sino que también se han rescatado retratos inéditos de personajes tan importantes como Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, Ernest Hemingway y Federico García Lorca entre otros.

Toda una lección de fotografía para los amantes del reportaje de guerra, de la mano de tres autores que cambiaron la manera de mirar al mundo a través de sus cámaras y donde la premisa, como siempre apuntaba Robert Capa, venía dada por la frase: “si una foto no te ha salido bien, es porque no te has acercado lo suficiente”. Los tres murieron en el campo de batalla, sabían muy bien lo que significaban esas palabras. Ahora sólo nos queda involucrarnos (en la distancia) con aquello que vivieron a través de sus imágenes y pensar que ese trabajo “cercano al dolor y a la violencia” como apuntaba Gervasio Sánchez, puede servirnos para alimentar y no olvidar nuestra memoria histórica.

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