SEA O NO por razones electorales (¿o sí?), no acabo de entender las ganas de enredar del PP tendentes a rebajar la prohibición de fumar en los locales públicos. De hecho consiguió que el Senado se pronunciase en contra de la veda total, pero casi seguro que no pasará de una maniobra testimonial al no tener mayoría en el Congreso. La Comunidad de Madrid ya intentó descafeinar la ley que está ahora en vigor, como si ya no fuese un fiasco en sí. Reincidir en que se habiliten, como ya se hizo, zona especiales para fumadores, es volver a las andadas para que cada cual haga lo que le dé la real gana. Si el tabaco mata, como se reconoce en los propios paquetes, lo sensato sería prohibir su venta ya de una vez, pero como eso no va a ocurrir por razones obvias, por lo menos garantícense los derechos de los no fumadores. Si es, como parece, para dar la razón a los hosteleros quejosos, tampoco tiene justificación, porque los argumentos con los que tratan de rebatir la norma no se sostienen. Por una vez el Gobierno tiene razón.
Hace 15 minutos
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