Lo lógico, dados los
inevitables ahogos de subsistencia de muchas personas, añadidas a las que ya transgreden
sistemáticamente, es que la delincuencia aumente, como está ocurriendo.
Esclarecer hurtos, robos y demás, y arrestar a los autores es tarea que la
policía no descuida, pero en realidad no siempre sirve de mucho, y más porque
da la impresión de que no siempre se culmina el trabajo de investigación para
poder llegar hasta el final y localizar el botín, casi siempre en manos de
receptadores, es decir, de los que adquieren la mercancía robada, cuya
culpabilidad no debiera ser menor que la que recae sobre los autores
materiales. Existe tal descaro por parte de algunos de estos intermediarios,
que parece imposible que no se les eche el guante de inmediato, lo que por lo visto
es raro que suceda. No se privan, por ejemplo, de poner rótulos de esta guisa o
parecido al pie de las piezas receptadas y expuestas en mercadillos:
"Robada esta misma noche", como queriendo certificar que se trata de
una ganga fresca, nada rancia. No pasa nada ni faltan compradores.
Pedro Sánchez, sobre la declaración judicial de Aldama: "Menuda inventada;
la estrategia de defensa de este personaje es la mentira"
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presidente en un acto del PSOE "no fue fortuita" Leer
Hace 2 horas