Un placer, amigos

Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

martes, 11 de mayo de 2010

Galicia tiene más de 700 pueblos con un solo habitante

Aunque ocurre en otros muchos lugares de España, Galicia es sin duda una de las comunidades más castigadas por el abandono de núcleos rurales, que de estar habitados pasaron a ser fantasmas del pasado, en los que sólo perviven los recuerdos mezclados con maleza e inmuebles desplomados. Son cerca de l.300 las aldeas en las que no vive nadie.
Hay sin embargo otras que se resisten a engrosar esa lista negra, aunque difieran poco. En la provincia de Lugo existen 386 núcleos en los que reside una sola persona, cifra que representa más de la mitad de los existentes en la región en iguales condiciones: 737. A Coruña cuenta con 221, Ourense con 76 y Pontevedra con 54.
En Lugo, el ayuntamiento con mayor número de casos es el de Ourol, en el noroeste de la provincia: 26 aldeas de un único habitante. En una de ellas reside Víctor Fraga (en la foto junto a su coche), que vive solo en Silvide desde el año 1995, nada menos que quince años. A sus 79 primaveras, sigue trabajando en el campo y no precisa, por el momento, de la ayuda de nadie para subsistir, ocupado en el cuidado de los animales. Incluso dispone de sus coche para mitigar el aislamiento.
En Castuelo (Baleira) vive José Saavedra, que se resiste a marcharse a Madrid, desde donde le reclaman sus hermanos. En el pueblo llegó a haber 73 vecinos y había alguna casa con once personas.
Otro caso es el de Antonio López, de Ponte de Lóuzara (Samos), aldea en la que algún día había siete cantinas, todas cerradas.
El perfil de estos solitarios vecinos responde a personas de avanzada edad cuya vida estuvo siempre vinculada al campo y que se resisten a abandonar su vivienda, en muchos casos la misma en que nacieron. A veces, en varios días, no ven más que al cartero, en el caso de que reciban alguna correspondencia.

2 comentarios:

Candi dijo...

Van muriendo los pueblos poco a poco, porque las ciudades son como las sirenas: encandilan a los hombres y después los abandonan a su suerte.
Se puede hacer algo para remediarlo?.
Besos

Noelia A dijo...

Qué casos, no tenía la menor idea.

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