Leire Pajín o la metedura de pata de una ministra que no merece serlo

Si fuésemos un país medianamente serio, a estas horas Leire Pajín ya no sería ministra. Su metedura de pata, como responsable de la violencia de género, la desacreditan para ejercer el cargo, porque no es posible que una persona de su rango y con su responsabilidad ignore los más elementales principios jurídicos como cuando anunció que el Gobierno aprobaría una ley mediante la cual podría retirarse la patria potestad de los hijos a un padre, presunto maltratador, antes de ser juzgado y condenado. Como era de esperar, el vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo salió hoy a dejar las cosas en su sitio: se trata de una medida cautelar en determinados casos, como no podía ser de otra manera, porque puede darse el caso, y de hecho se dan con frecuencia,que los jueces absuelvan a padres acusados de maltratadores, lo que no es nada extraño si la denuncia que los lleva a juicio es falsa o no hay suficientes pruebas.
Esto lo sabemos todos o casi todos, menos la señora ministra de Sanidad, y responsable de la violencia de género. Por eso no merece desempeñar un cargo de tan alta responsabilidad. No se trata de un desliz más, sino de un fundamento jurídico que ninguna nueva ley puede modificar, porque entonces no estaríamos en na democracia.
Estas desafortunadas intervenciones restan credibilidad a un Gobierno que no anda sobrada de ella por diferentes motivos. Ya debiera ser ella la primera en presentar la dimisión, pero como eso no va a ocurrir, el presidenta debiera ser el primero en relevarla de una responsabilidad que le supera.