Lo de tomar la justicia por mano propia, sin esperar a que lo hagan los tribunales, nunca podrá (o no debiera) justificarse en un Estado de derecho, pero es muy frecuente que la Justicia, con mayúscula, allane el terreno para que se den casos de intrusismo no deseado. Fue en Ferrol, si mal no recuerdo, donde la Policía arrestó días atrás a un casero y a los dos matones que contrató para desalojar de una vivienda a un inquilino que llevaba varios meses sin pagar el alquiler, como es el caso de otros muchos. Son situaciones extremas pero cada día más frecuentes y sin que los jueces sean capaces de resolverlas, forzadas siempre por morosos que saben que quien lleva las de perder es el propietario del inmueble, con muchas menos garantías legales que los deudores, lo cual propicia que cada vez se produzcan más impagos. Puede que algunos se resuelvan por la vía de desahucio a muy largo plazo; otros nunca, porque las demandas se eternizan en los juzgados. Y eso, quiérase o no, incita a adoptar medidas extremas e indeseadas.
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Hace 1 hora
1 comentario:
Hace un par de horas que he vuelto del despacho de Cáritas de escuchar calamidades, paliar algunas y estremecerme de impotencia en muchas otras. Las dificultades para el pago de alquileres son cada día más numerosas y el dolor más extremo. No tenía noticias de este tipo de matones, los cuales me crean una preocupación añadida sobre la desgracia de los más desfavorecidos.
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