Aspecto de la excavación en la plaza de Santa María, donde la piscina podrá verse a partir de junio a través de una ventana |
Como no podía ser de otra manera, Lugo ni quiere ni puede ocultar su pasado romano, los orígenes de la Lucus Augusti. Cada palmo del casco histórico, el comprendido entre sus murallas, levantadas también por el Imperio y Patrimonio de la Humanidad, afloran a poco que se excave vestigios que así lo evidencian, como es el caso de piscina descubierta a mediados del siglo pasado en la plaza de Santa María, a menos de diez metros de la catedral, y que ahora podrá verse in situ a partir de junio a través de una ventana arqueológica.
El Ayuntamiento de Lugo encargó el año pasado el proyecto para recuperar este importante elemento patrimonial a una empresa de restauración por un importe de 17.748 euros. Posteriormente, adjudicó los trabajos arqueológicos, por un precio de 104.994 euros.
La piscina fue descubierta en el año 1960, pero como en aquel momento no había posibilidades de excavar el yacimiento, fue cubierta con arena para conservarla, hasta que en el año 2004, con motivo de unas obras de repavimentación de la plaza de Santa María, pudo determinarse su ubicación exacta.
Después de revisar las fotografías que se le hicieron en el momento de su descubrimiento, la restauradora Rosa Benavides subrayó que al vaciarla de arena se apreciaban "algunos pequeños cambios con respecto" a las imágenes tomadas a mediados del siglo pasado, pero aún así aclaró que "está bastante bien conservada".
Por su parte, el arqueólogo y restaurador Miguel Ángel López explicó que se trata de una piscina de la época tardorromana, de los siglos III o IV, que probablemente era propiedad de un particular.
En su planta rectangular pueden apreciarse dos ábsides y un escalón de acceso.
Con unas dimensiones aproximadas de 3,5 por 1,80 metros tiene capacidad para casi 4.000 litros de agua. La jefa del servicio de Arqueología municipal, Covadonga Carreño, reconoció que al "no conocer el contorno en el que se sitúa", tampoco puede asegurarse si "formaba parte de unas termas o de una gran mansión".
Tampoco se puede garantizar a ciencia cierta, precisó, si "sería un baptisterio o un frigidarum de unas termas públicas". Incluso "es posible que tuviese usos distintos a lo largo del tiempo y, posiblemente, en la última época fue usada como fuente pública al aire libre, porque no conserva el mosaico completo".
Para que los lucenses y visitantes puedan conocer mejor esta parte del patrimonio, en estos días puede verse la excavación. Finalizados los trabajos de recuperación, la piscina quedará cubierta con un vidrio de seguridad, para que sea visible, y se instalará un panel explicativo.
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