NO ES NECESARIO arriesgarse en el ferial de San Froilán, en estos días de fiesta en Lugo, a que un carterista nos aligere el bolsillo; otros hay que se encargan de ello con pretextos varios. O sino que se le pregunten a los primeros afectados por la inspección de edificios antiguos en el municipio lucense, algunos de ellos en pie de guerra, como bien denunciaron en los medios de comunicación, por lo que consideran un abuso.
Debiera entenderse que se revisan antiguas construcciones para velar por la seguridad de sus inquilinos, pero aquí parece haber algo más, cuando menos un planteamiento abusivo, porque da la sensación de lo que interesa es recaudar más que reparar ruinas. Mal momento, porque da la casualidad de que a quienes más afecta es a las clases menos pudientes; los que disponen de medios suelen tener la vivienda en mejores condiciones de registro, y los que llegan con dificultad a fin de mes maldita gracia les hace que se les tome el pelo. Y menos que el PP venga ahora, en un ejercicio de cinismo con tufo electoralista, tratando de rebajar exigencias que promovió cuando gobernaba el municipio. Nos fríen a impuestos y encima quiere aprovecharse de los edificios antiguos para recaudar a través de empresas que se aprovechan de la concesión revisionista para hacer su agosto.
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