Un placer, amigos

Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

domingo, 17 de octubre de 2010

La muralla de Lugo será rodeada con un lazo rosa

La muralla de Lugo, único monumento defensivo del imperio romano que, en el mundo, se conserva en su integridad, será rodeada el martes con un lazo rosa para llamar la atención en el día del cáncer de mama.
En otra ocasión ya fue recubierta de libros reclamando que fuese declarada Patrimonio de la Humanidad, distinción que se ha conseguido.
La idea del lazo parte del diario El Progreso y para ello serán precisos 2.80 metros de plástico y cinco mil de alambre para sujetarlo. Su perímetro es de casi 2.120 metros, pero también hay que rodear sus torres y cubos, por lo que se necesita una mayor longitud para poder adaptarlo.
La muralla de Lugo fue construida entre los años 26o y 310 d. de C., adaptándose al terreno del casto o colina sobre el que se levanta la ciudad. Actualmente son diez puertas las que permiten el acceso al casco histórico de la ciudad bimilenaria.
Pese a las modificaciones, asaltos de invasores, derrumbamientos, el circuito se conserva en su totalidad y todavía existen las bases de algunas de las 86 torres de una y dos plantas que defendías el recinto. En A Mosqueira (zona a la que corresponde la foto) permanecen dos ventanas de una de las torres.
En su parte superior, el monumento está coronado por un adarve o paseo que cada día es transitado por cientos de personas. Por su amplitud puede recorrerse incluso en automóvil. A él se accede por varias escaleras y dispone de una rampa asimismo de acceso.
En los años setenta fue liberada de las edificaciones adosadas en su exterior, pero aún permanecen algunas en su interior. Curiosamente, en el siglo XIX a punto estuvo de desaparecer, ya que la corporación municipal consideró que era un estorbo para la expansión de la capital. Y su demolición no se llevó a cabo por ser muy costosa, ya que los miles de toneladas de piedra exigían un gran esfuerzo, teniendo en cuenta que los únicos vehículos disponibles eran los carros de vacas. Así y todo se barajó la posibilidad de trasladar los escombros a A Coruña para relleno de los actuales cantones de la ciudad herculina.

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