ES TAN absurda, artificial y triunfalista la escenificación que acabará por volverse en su contra, contra Tomás Gómez y quienes intentaron masacrarle y que ahora se suben a su carro como si fuesen los artilleros que derrotaron a la señorita Trini. Subestimar la inteligencia de los demás (nos hacen a todos tontos) va parejo con la pérdida de credibilidad, que puede costar caro. Tanta es la felicidad fingida (hasta el empalago), que si por un casual llegase ni la saborearían. Pero si quienes zancadillearon al ganador son tan procaces, el zancadilleado no se queda atrás con su cínica y machacona retórica de complicidad, a sabiendas de que está lejos de creérselo, consciente que detrás de las bambalinas la espadas siguen en alto y las navajas a punto.
Se comprende que sus rivales traten de salvar los muebles, pero a Gómez puede costarle más caro que a nadie, porque no es creíble, en absoluto, que vaya a beneficiarse encomendándose a san ZP, y más estando en Madrid. Debiera saberlo. O sino que le asesore Barreda…O que se fije en otro sondeo dado a conocer hoy, en el que Esperanza Aguirre sigue subiendo. Habrá varias razones, pero con estos rivales no le será difícil mantenerse en la cima. En una palabra, a medida que aumenta el cinismo bajan las expectativas.