LOS POLÍTICOS, no digo todos, aspiran no sólo a perpetuarse en el poder, lo que entiendo (¿qué otra cosa sabe hacer la mayoría?) pero no comparto, sino que aspiran a ganarse la posteridad a cualquier precio, lo cual no es fácil, dicho sea de paso. Aun así, ello no justifica de ninguna manera que el Gobierno gastase el pasado año cuatrocientos mil euros (si es verdad lo que leo) en diferentes retratos, el de José María Aznar entre ellos, y los otros de varios ministros, como los de Álvarez Cascos y Magdalena Álvarez, de tan ingrato recuerdo ésta. Habrá incluso quien lo justifique, argumentando que ese dinero es el chocolate del loro y que, además, siempre se hizo; es como un ritual, una costumbre. Pero si se recortan y suprimen otras muchas cosas, como el subsidio a quienes ya no cobran el paro, o los salarios de los funcionarios, bien se podría prescindir de estos lujos y costumbres y enmarcar una foto de los susodichos, si tan arraigado es el capricho de perpetuar la figura, que en no pocos casos mejor sería no recordar.No hay para pan y lo gastamos en estampitas.
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Hace 26 minutos
3 comentarios:
Del todo lamentable. Para que cuando vengan los contarrios lo quemen o lo tiren a la basura.
Lo que hay que hacer es dejer un buen recuerdo de gestión a los ciug¡dadanos más que fotitos.
Un abrazo
Es verdad que la ocasión la pintan calva, pero antes de recortar la vida de los otros tendrían que eliminar la costumbre de perpetuar la imagen de quienes les precedieron, en pos de que quienes les hereden hagan lo propio con ellos mismos. Los dispendios en la pobreza son aun más llamativos.
Es que lo de los políticos no tiene solución.
Igual se les ocurre decir que si no hacen esos retratos el pintor se muere de hambre. Todo es posible
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