SIENDO como es la libertad de expresión pilar fundamental para sostener cualquier Estado de derecho, lo lógico es que todos los ciudadanos tengan opción a ejercerla dentro de los cauces que establece la ley. Incluso quienes están privados de libertad, e incluyo entre ellos Arnaldo Otegi. Está en su derecho de expresarse libremente, salvo cuando avala actividades terroristas. Llama, sin embargo, la atención la facilidad y frecuencia con que sus manifestaciones aparece en diferentes medios de comunicación, incluidos los extranjeros, como si el trullo donde reside fuese una sala de prensa permanente. Lo digo porque sé por experiencia profesional lo difícil que es llegar a un recluso para entrevistarle. En circunstancias normales, una autorización puede tardar semanas, e incuso meses, o no ser concedida. Quiero decir con ello que no todos los internos que deseen expresar su pensamiento u opinión gozan de tales privilegios, lo cual es un agravio y una discriminación. ¿Quién dice que todos somos iguales ante la ley?
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Hace 36 minutos
1 comentario:
La igualdad ante la ley es una utopía. Entiendo que un recluso, entre otras privaciones, no debe contar con la posibilidad de hacer declaraciones a la prensa; salvo que se trate de alcanzar con ello unos efectos positivos para la sociedad en general y no para el recluso. Por esto es cosa de preguntarse, ¿a quién favorece lo que declara Otegui? ¿Quién lo autoriza?
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