La violencia apadrinada dar aire a los grupos radicales en las manifestaciones

En un país en el que caben pocas sorpresas, no todos entienden las nulas o exiguas consecuencias penales, o de cualquier otro tipo, en que derivan los episodios violentos en manifestaciones o concentraciones callejeras, muy legítimas si son pacíficas y respetuosas. Son sobre todo los radicales los que sacan tajada, sin importarles el porqué de la reprobación; y lo que es peor, suelen irse de rositas tras ser detenidos y desfilar por los juzgados pese a la gravedad de los daños que ocasionan, en el mobiliario urbano, establecimientos y también en personas, caso de los agentes del orden. Les sale gratis o a un precio muy asequible, desproporcionado a la baja. Pero siendo inexplicable, más lo es (intolerable en toda regla) que reciban la cobertura de los convocantes, sindicatos grupos u organizaciones, que apadrinando la violencia son conniventes en los desórdenes cuando debieran apresurarse a censurarlos. ¿Cómo puede exigirse que se exonere a los autores de un presunto delito? ¿Para qué están el Estado de Derecho, las leyes, los jueces…?

Quienes acribillaron a Suárez antes corrieron para salir en la foto ahora

Una cosa es que Adolfo Suárez se merezca todos los reconocimientos, y más, y otra bien diferente es que con su muerte emergiese una pléyade de cínicos y frescales, los que lo acribillaron durante su mandato y que ahora lloran 'desconsolados' su desaparición, presumiendo de su amistad y de su inmensa valía. Ello solo evidencia que rectificar, más que de sabios, en este caso y en otros varios, es de hipócritas, aprovechados que todo les sirve para salir en la foto. No es ni necesario mencionar nombres; están en la boca de todos los que vivimos la época. ¿O no recordamos como lo tildaron de "golpista" y "perfecto inculto, procedente de las cloacas del franquismo". O de "tahur del Mississippi". Pues bien, y a propósito, sobre todo uno de esos personajes, que siempre despuntó por abruptos y descalificaciones al prójimo, recorrió ahora, contrito y entristecido, todas las televisiones lagrimeando la muerte de su 'amigo', atribuyéndole su aporte esencial a la democracia, de la que él por cierto, más que cualquiera, se aprovechó por muchas y variadas razones.  

Okupas: más que la ocupación en sí, el verdadero problema es el desalojo legal

Visto lo visto, el mayor problema planteado por el movimiento okupa, tanto como la ocupación de bienes privados en sí, es su desalojo y recuperación por la vía legal. Todo ello, claro, porque quienes irrumpen en una vivienda sin permiso, con inusual descaro y altanería (exigiendo incluso documentos a los dueños que intentan valer su legitimidad, como ocurrió en Lugo), gozan de todos los derechos que se le niegan a los propietarios. Es muy de lamentar que no todos los ciudadanos tengan vivienda o medios para alcanzarla, propia o alquilada, pero es una situación que no ha de resolver la población civil sino, como bien recoge la Constitución, los poderes y administraciones públicas, que como en otras muchas cosas miran hacia otro lado en vez de intentar, al menos, resolver o mitigar el problema. ¿Habría tantas reticencias y absurdas garantías para los usurpadores si los irrumpidos fuesen edificios públicos, instalaciones judiciales, por ejemplo? ¿Cuánto tardaría un juez en expulsarlos de su despacho? ¿Perdería un minuto en mostrarles el título de propiedad?

En un país relumbrón en derroche, ¿por qué tanta antigualla en la Fuerza Aérea?

Terreno abonado para suspicaces y mal pensados. ¿Existe alguna conjura contra los poderes del Estado o sus dignatarios? Será una casualidad con ingredientes de pitorreo o cachondeo, que lo mismo da. La avería que retrasó el regreso de la Reina desde Santo Domingo, a su regreso de Guatemala, podrían ser anecdótica de no ser porque se trata del cuarto avión de la Fuerza Aérea española que la padece en muy poco tiempo, contando el doble incidente al respecto del Príncipe, también en Santo Domingo cuando volaba a Honduras y en Torrejón, antes de viajar a Brasil, y el de Mariano Rajoy a su vuelta de Dublín. ¿Por qué tanta avería? La primera explicación apunta a que los aparatos deben de ser unos antiguallas de cuidado, pero cabe preguntarse por qué no se renuevan si su seguridad es tan deficiente, hasta el punto de tener que pedir alguno prestado al extranjero para salir del paso. ¿Hay razones de ahorro para no rejuvenecer la flota? Hombre, sería chocante que fuese el motivo en un país que relumbra, y tanto, por sus despilfarros.

Los reinos de Taifas en sanidad crean aberraciones como la última en Treviño

Confusión, malos entendidos, errores… Pero hay el hecho cierto de que una niña murió en el condado de Treviño, enclave burgalés en Álava, parece que por falta de la debida atención médica, al denegársele a su familia una ambulancia desde Vitoria, muy cerca, por pertenecer a una demarcación castellana. Podría haber fallecido igual, pero la duda planea sobre el escándalo, que viene a remarcar lo absurdo de los reinos de Taifas en la sanidad. La ministra del ramo aclaró que no existen protocolos y que todos los españoles tienen derecho a ser asistidos en cualquier punto del país, pero no dijo que sigue habiendo reticencias y obstáculos para pacientes de una comunidad que enferman en otra. Esto ocurre por un mal planteamiento del sistema, por politiquillas irritantes y por querer ser más papistas que el papa. Se saldará, si se llega a eso, con un proceso por negligencia u omisión del deber de socorro, pero la niña está muerta. No lo estaría, según un diputado de Vitoria, si Treviño fuese vasco. ¡Qué vergüenza de personaje!