Estrategias y puñetazos

INDOMABLES estrategias de partido, unos por mantenerse en el machito y otros por alcanzarlo, no permiten que el entente y el temple mínimo entre PSOE y PP sean los más idóneos para sosegar el clima político, especialmente en momentos difíciles, cuando sería más necesario que nunca rebajar el grado de crispación en el intento de aunar soluciones y no convulsiones. Pero tampoco puede sorprender que la rivalidad entre formaciones diferentes marque tantos desencuentros, si facciones (familias) de un mismo partido se lían a patadas y puñetazos, como sucedió en la asamblea de los socialistas vigueses, lo que es todavía más pernicioso para que la ya debilitada credibilidad salte en añicos. Y sin embargo no debería ser complicado entenderse si hubiese voluntad, como lo evidencia, en principio, el pacto con ribetes antinatura firmado en Euskadi entre socialistas y populares, aun teniendo como fin el desalojo de nacionalistas y la suma de cuotas de poder que en otro caso les estarían vedados.

(El Progreso, 28/3/09)