Siendo el trabajo
uno de los bienes más codiciados, no todo el mudo siente la propensión de dar
callo, y más cuando se le ofrecen alternativas que, en muchos casos, están consagradas
incluso por los legisladores del sistema laboral y que resultan tan o más
gratificantes que ir al tajo. Por ejemplo, el Plan Prepara, aprobado por
Zapatero y prorrogado por Rajoy, al menos hasta agosto de este año, contempla subsidios
de desempleo de 400 euros al mes a perceptores de cursos de Inem, lo cual
permite ejercer una segunda actividad en la economía sumergida, sin contrato, a
quien lo desee, en tanto que el salario mínimo interprofesional sigue congelado
en 641,40 euros. La diferencia de 241 euros obliga a someterse como mínimo a
una jornada laboral de ocho horas, circunstancia que para la mayoría no es
precisamente un aliciente. Interesa más la primera opción por razones obvias. En
estos casos, los subsidios, además de ser un agravio comparativo en relación con la escasa diferencia que hay entre el salario y el subsidio, también alimentan el
fraude y un Gobierno tan puntilloso para el ahorro debiera ser el primero en
evitar estas situaciones.
LA OCUPACIÓN MILITAR DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (y 2)
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*Luis Britto García *
La extrema gravedad de la ocupación militar de Nuestra América se
comprende si se tiene en cuenta que los países invasores ...
Hace 1 hora