Cierto
que puede ser coincidencia, pero también sería rara la casualidad. En cualquier
caso es muy preocupante el hecho de que la Guardia Civil, en un control de
tráfico en O Corgo, interceptase en el corto intervalo de tres horas a siete
conductores drogados en la A-6, y más maniobrando dos de ellos con vehículos
pesados, lo cual hace pensar que son muchos los que manejan bajo influencia de
sustancias estupefacientes, sin contar los que lo hacen con índices de alcohol no
permitidos. Es sin duda un riesgo tan imprevisible como sumamente grave para el
resto de los usuarios, con independencia de la desconfianza que la
incertidumbre genera en quienes no saben con qué van a toparse en el momento
menos pensado. La conclusión es que los controles están muy bien, porque son
disuasorios y contribuyen a la moderación, pero son sin duda insuficientes para
evitar que tales excesos en la conducción sean tan frecuentes y habituales como
parece, a juzgar por el muestreo. Es decir, que los controles de la Guardia
Civil, también en las autovías, deberían ser más intensos y sostenidos como medida
ordinaria. Sería engorroso, pero muy eficaz.
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de la DANA
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