Sea
por una cosa o por otra, las preocupaciones, personales o en general con lo que
nos rodea, nos acribillan a diario. Unas solo son sensaciones que se diluyen
sin pasar a mayores, otras son constatadas por la cruda realidad. Intuyo que en
esta semana los más afectados deben de ser los políticos, por lo que pueda
sucederles el domingo, aunque debiéramos ser los ciudadanos. No sé si puede relacionárseles
a ellos, pero si asumimos la conclusión a que llegó un equipo de psicólogos
estadounidenses, no es para ser tremendistas. Tales expertos rebajan los
baremos de angustia afirmando que el 40% de lo que nos preocupa nunca sucederá;
otro 30 se refiere a decisiones ya tomadas y que no podemos cambiar. El 12%
tiene que ver con acciones ajenas que no
dependen de nosotros. Incluyen un 10% que atañe a la salud, de la que hay que
ocuparse pero no preocuparse en demasía: solo conseguiremos empeorarla. Y nos
queda el 8% como realmente preocupante, con lo cual podemos descargar tensiones
y malos augurios antes que ahogarnos en zozobras innecesarias. Claro que las
teorías no siempre se corresponden con lo que pasa.
LA OCUPACIÓN MILITAR DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (y 2)
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*Luis Britto García *
La extrema gravedad de la ocupación militar de Nuestra América se
comprende si se tiene en cuenta que los países invasores ...
Hace 1 hora