La ineptitud, con excepciones insalvables que siempre hay, suele ser terminante para (no) hallar trabajo o conservarlo y más si es en la empresa privada, a no ser a altos niveles políticos o ejecutivos, donde surte efecto contrario. Políticos tenemos de torpeza reconocida en el ejercicio de sus cargos que al cesar prolongan con facilidad pasmosa acomodo, que acostumbra a superar en retribución a los ya desempeñados. Circula un documental, 'Inside Job', donde aparecen culpables de importantes quiebras del sistema financiero que, en vez de recibir un correctivo, fueron premiados con suculentos bonos. Otro ejemplo de tantos lo protagoniza una ex 'miembra' del gobierno de ZP, para olvidar por su manifiesta parvedad en el ejercicio de su insustancial cometido, que ahora percibe un salario de más de seis mil euros mensuales tras ser recolocada en un organismo internacional para la defensa de la mujer, lo cual hace sospechar lo ineficaz que debe ser el ente. Por eso está más que justificada la indignación de quienes sufren desmoche salarial para alimentar estos y otros indecoros.
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Hace 1 hora
1 comentario:
¡Con la de gente válida que está en paro! La política es el refugio de los que no sirven para otra cosa. Saludos indignados
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