Conocida foto de sindicalistas en pleno disfrute gastronómico |
Pocas lacras debe de haber peores que la corrupción. Pocas ruindades que superen a una perversidad ya endémica, pero da la sensación que al ciudadano, tanto como que se meta la mano en la caja, le molesta igual o más la arrogancia y altivez de los corruptos, su soberbia e incluso su jactancia. No hay nada más que ver la altanería de los ugetistas andaluces empeñados en encubrir sus presuntas conductas delictivas con argumentos peregrinos, como que se trata, por ejemplo, de una maniobra de la derecha para enmascarar el caso Bárcenas. O de estratagemas para desprestigiar al sindicato, omitiendo que se bastan ellos solitos para dejar a la organización en credibilidad a cero. El secretario general se ha ido al fin, pero "orgulloso" de su gestión, no sin haber negado una y otra vez irregularidades; y las explicaciones, en enero, a ver si el tiempo lo enfría todo y toma aire. Claro que tan intolerable es la impasibilidad y la connivencia de la dirección nacional, mirando siempre hacia otro lado. Oiga, ¿y los que facilitaron la pasta con tanta alegría no son responsables?
No hay comentarios:
Publicar un comentario