Las salas de proyección están cada vez más vacías |
Como todo lo que se mueve, el cine español está inmerso en la inestabilidad y en la incertidumbre, penalidades que de hecho ya arrastraba antes de que la crisis se asentase. La adversidad se atribuye a varias causas, mayormente a que la cuota de mercado de películas extranjeras, el 72% en 2012, asfixia a las producidas en España. Pero tanto como las trabas de elaboración preocupan las de distribución y proyección. El cierre de salas es un goteo constante, y Lugo no está al margen; este fin de semana cierren ocho. Su mantenimiento requiere inversiones fuertes y ello obliga a aumentar los precios de taquilla, que no están al alcance de la mayoría y por eso el público es cada vez más escaso. Por si fuera poco, el incremento del Iva supuso el puntillazo. Ahora bien, si de ayudar se trata, ¿por qué sigue financiándose a costa del erario el rodaje de filmes que no llegan ni a estrenarse? ¿No sería preferible socorrer antes a los cinematógrafos? ¿De qué sirve hacer cine si no se ve? Ya me contarán…
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