Que los políticos predican una cosa y hacen otra no es nuevo, pero aun así las alharacas de hipocresía y cinismo más evidentes nunca pasan desapercibidas. La denostada reforma laboral de la derecha fue muy duramente objetada por la oposición; no podría ser de otra manera. Claro que los fustigantes, como también se esperaba, poco tardaron en hacer suyos los cambios que abominaban para abreviar sus propias plantillas, desde el PSOE a las centrales sindicales, en arbitrajes cargados de deshonestidad e impudor, enmascarados por la crisis. Ahora es el BNG, igualmente muy crítico con la estrategia laboral del Gobierno, el que utiliza las ‘inadmisibles’ medidas por las que no solo reduce su plantel a la mitad sino que reduce los salarios de los que quedan en un cuarenta por ciento. Leen bien, el cuarenta. A eso se le llama predicar con el ejemplo. Eso sí, quienes vertieron los reproches, razonados o no, siguen en sus poltronas tan cómodamente. Y no se oye una queja.
Martín Garzo
-
*Ignacio Ruiz Quintano*
*Abc Cultural*
A tal culto, tal cultura. Estoy mirando a toda esa intelectualidad que
piensa lo mismo que el inquilino de La ...
Hace 4 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario