Pachi Vázquez y el alcalde de Ourense |
La corrupción siempre arranca de coyunturas inaceptables e indignantes, pero unas veces más que otras, como cuando las fechorías se aliñan con la arrogancia y la chulería. Como el exceso de los socialistas del ayuntamiento de Ourense, que no solo admitieron haber pagado francachelas con cargo a la asignación municipal para, entre otras, festejar la excarcelación del anterior alcalde, sino que lo justificaron, empezando por el propio regidor, que acabó calificándolo de "error puntual", lo que no le exime de la responsabilidad que no afronta, como sería la dimisión. Tampoco disculpa la petulancia de la portavoz municipal, que cuando alguien le reclamó pedir perdón solo supo responder: “¿Perdón de qué?". Pero tan o más grave es que los dirigentes del partido intentansen al principio desviar el caso como un asunto que ha de resolverse en la privacidad, aunque al final no les quedó más remedio que plegarse a la reacción popular. ¿Será que tienen asumido que el dinero público no es de nadie?
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