MUCHOS lo piensan y pocos lo dicen. Si el Estado de las Autonomías es un baluarte para el sostenimiento de la democracia, también es verdad que, tal y como está concebido, supone una sangría constante que pone en peligro el sistema, porque los gastos de sostenimiento siguen en un desenfreno creciente. José Bono acaba de plantear la necesidad de reajustes. El presidente del Congreso no concreta cuáles; pueden ser territoriales, de financiación o de cualquier otra índole, pero señala que debemos pensar “serenamente a favor de España y en el bienestar de los españoles”. No culpa tanto a los 17 gobiernos y otros tantos parlamentos y tribunales superiores, como a que haya que sostener a “17 defensores del pueblo, 17 consejos económicos, 17.000 televisiones…”. Derroches prescindibles. Aflora ahora, por ejemplo, el rosario de atenciones con que Carod Rovira premió, por la causa, a los de su cuerda, pero nadie le exigirá que devuelva nada. Será que el dinero público no tiene dueño, como dijo aquella ministra.
LA OCUPACIÓN MILITAR DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (y 2)
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*Luis Britto García *
La extrema gravedad de la ocupación militar de Nuestra América se
comprende si se tiene en cuenta que los países invasores ...
Hace 5 horas
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