CON NADA que nos descuidemos, la rutina se apodera de nuestras vidas, con el hastío como estandarte. Y no sólo eso, porque también condiciona el funcionamiento de instituciones, organismos y casi todo lo que nos rodea en nuestro quehacer cotidiano. El diccionario de la RAE la define como “costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas”, que es lo que debe afectar a la Dirección General de Tráfico. Da igual que sea invierno o verano, vacaciones de un mes o de cuatro días; su previsión es invariable: siete millones de conductores salen a la carretera, que mucha movilidad parece en el puente de la Constitución, con el invierno instalado, con nieve para dar y tomar, la crisis… Pues nada, siete millones, igual que cuando se inicia julio o agosto. ¿Qué criterios se siguen para que la cifra sea siempre la misma, o con ligeras variantes? Claro que los controladores son en este caso fieles colaboradores para que el desbarre sea menor. Pero aun así, parece una exageración… rutinaria.
EQUÍVOCO
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Equívoco. Un trampantojo
de madrugada, cuando la brisa
se mudó arreciando sobre las copas
de la Alameda.
Una marejada salobre entre las ramas
qu...
Hace 25 minutos
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