El hecho de que Bélgica lleve casi año y medio (500 días) sin un gobierno efectivo y ofrezca una mejora sustancial de su economía, con la reducción del paro, del 8,2 al 6,7%, y una previsión de crecimiento del 2,2% para el próximo año, invita a una reflexión profunda. Más que una anécdota o una casualidad podría interpretarse como la respuesta al fracaso que se agita a su alrededor y una llamada de atención hacia quienes se devanean los sesos dando palos de ciego para no hundirse y nadando entre la confusión, la incapacidad y la ineficacia, con medidas teóricas que entorpecen más que allanan los efectos de una crisis que para los belgas, sin santones que lo mediaticen, pasa de largo. Si sus dificultades desaparecen sin gobernantes al uso, el remedio a aplicar entre todos los demás parece de fácil aplicación: no mover nada, o lo menos posible, si no se cambia de estrategia, porque muy mal deben hacer su tarea los que están intentando reconducir la catástrofe económica cuando la solución sólo florece a su aire, sin cómplices.
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Hace 24 minutos
1 comentario:
Si carecen de gobierno por lo menos eso que se ahorran. Saludos
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