Nada oculta que los líderes políticos de talla no abundan. Son escasísimos los que reúnen suficiente lustre para afrontar y resolver los problemas mundiales que se acumulan. La mediocridad suele estar por encima del talante, formación y personalidad que requieren quienes deberían reflotarnos para salir del atolladero. Incluso Obama, que fue un mirlo blanco destinado alcanzar soluciones imposibles, cae en picado y tiene serios problemas para optar a su reelección con alguna garantía de repetir, y eso que el listón (bajo) de sus rivales republicanos no debiera ser obstáculo, aun después incluso de la renuncia de Sarah Palin, la ex gobernadora de Alaska que fue aspirante a la vicepresidencia en 2008 en la candidatura de John McCain. Fue famosa y penosa la ignorancia de Bush (hijo) en cuanto a política exterior en sus comienzos, pero nada que ver con la señora Palin, quien en su momento de esplendor creía que África era un país y no un continente. Ello refleja en qué manos estamos, y lo peor es que no se trata de una excepción.
El juez cita a Lobato como testigo en la investigación contra García Ortiz
y le pide que aporte el acta notarial de sus mensajes con Moncloa
-
Pilar Sánchez Acera, directora del Gabinete de Óscar López, le envió el
pasado mes de marzo la confesión de la pareja de Ayuso para que la empleara
en la s...
Hace 17 minutos
1 comentario:
El problema que tenemos es que, salvo raras excepciones, se dedican a la política quienes no valen para otra cosa. Efectivamente, así nos va. Saludos
Publicar un comentario