Ahora que casi todo, lo bueno y lo malo, se mide en porcentajes, suele aceptarse que un noventa por ciento es una proporción cuasi determinante, como si el diez por ciento restante careciese de utilidad.
Visto así, podría parecer que si el noventa por ciento del transporte escolar cumple con las normas para considerarse técnicamente seguro, ya podemos mirar para otro lado. Es, como ya saben, el resultado de la campaña que realizó la Dirección General de Tráfico mediante un centenar de controles en cada provincia durante cinco días, y ello indica que el diez por ciento de los autobuses escolares, al menos los de Lugo, circulan a su aire, sin cumplir la normativa de seguridad que se exige en las ITV para poder circular. ¿No es importante, vital, para los niños que cada día utilizan esos vehículos? ¿Cómo es posible que no se ejerzan controles más estrictos que los programados en una campaña?
La vigilancia y las comprobaciones han de ser permanentes por parte de la Guardia Civil y retirar las concesiones a los infractores. No se puede jugar con ninguna vida.
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